martes, 13 de febrero de 2018

Reseña: EL BENDITO ARTE DE ROBAR, de Christopher Brookmyre.

Título: El bendito arte de robar
Autor: Christopher Brookmyre
Traducción: Javier Guerrero
Editorial: Malpaso
Páginas: 384
Precio: 24 €

¿Cuál es el trabajo de un mago? ¿No es conseguir crear una ilusión en el espectador? ¿Y cuáles son sus principales herramientas? ¿Unos naipes, una caja, espadas, un serrucho? No: el propio espectador. El objetivo es que el observador mire a un lado mientras el truco está teniendo lugar al otro, que escuche atentamente y sin prestar atención a lo que ve. La relajación del espectador puede ser útil pero también puede ser igualmente útil su ansia por descubrir el artificio y su convencimiento de que no va a ser fácilmente engañado. El buen mago se adapta a las circunstancias y tiene que saber improvisar para aprovecharlo todo en beneficio del espectáculo.  Es todo un arte. El trabajo de un buen mago es estudiar a las personas, su vida, su tendencia a engañarse a sí mismos y ayudarles a hacerlo. El engaño forma parte de nosotros y de nuestra vida diaria, al fin y al cabo, ¿qué es enamorarse? ¿No es enamorarse llenar con nuestras ilusiones lo que desconocemos de otra persona?
            Así visto, el trabajo de un buen mago es el mismo que el de un buen ladrón (y el de un buen escritor).  Y de eso trata el libro que hoy os traemos a La Orilla de las Letras, El bendito arte de robar de Christopher Brookmyre.
            Zal Innez es hijo de un ilusionista de Las Vegas que no siguió el camino de su padre, para disgusto de éste, pero que aprendió el oficio como lo hacemos todos en nuestra infancia, a fuerza de acompañar a su padre a los espectáculos y tratar de imitarlo. Podría haber tenido un gran futuro como ilusionista pero sus gustos iban por otro lado, tal vez también relacionado con la ilusión: el arte. En parte por la dificultad de entrar en ese mundo y en parte por su beligerancia en un ambiente tan creativo a veces como predispuesto a premiar el esnobismo artístico, como ocurre en la ciudad de Nueva York,  acabó mezclando tanto su vocación heredada como la adquirida, llegando a ser uno de los más ingeniosos y sutiles ladrones, cuya especialidad eran los museos.
            Angelique de Xavia es una agente de policía de Glasgow cuyo trabajo está muy bien considerado, a pesar de que ser una mujer «no blanca» en un mundillo donde la testosterona flota en el ambiente y a guardar un oscuro secreto: es hincha de los Rangers de Glasgow. De pronto le sobrevino un gran problema que, aunque previsible, no esperaba que ocurriese: cumplir 30 años. En su día libre más largo del año, en el que está celebrando su triste cumpleaños, es llamada con urgencia por sus superiores: se está produciendo un atraco a un banco con rehenes.
            No hace falta decir que en ese banco es testigo de un atraco nada usual, dirigido por un educado y culto atracador para nada convencional.    Ahí comienza  la relación de policía y ladrón en la que todo dista mucho de ser evidente. Poco a poco Christopher Brookmyre va desvelando la historia de nuestro ladrón y cómo se ha visto envuelto en relaciones poco edificantes con conocidos narcotraficantes norteamericanos.
            El bendito arte de robar es una novela de robos que trata sobre personas.  En ella encontraremos todo un jardín de personajes variopintos y una sucesión de situaciones donde tendremos que estar atentos para ir descubriendo dónde nos lleva y en la que, como suele ser habitual, nuestro protagonista lleva ventaja. Todo salpicado con una gran dosis de humor negro y cinismo que Christopher Brookmyre utiliza como hilo conductor de la historia. ¿Estás dispuesto a dejarte engañar? ¿Crees que podrías adelantarte a lo que va a hacer el protagonista? En cualquier caso, inténtalo: vas a pasar un buen rato con esta novela.   
Sergio M. Planas