martes, 14 de octubre de 2014

Reseña: EL UNICORNIO, de Iris Murdoch

Título: El unicornio
Autora: Iris Murdoch
Traducción: Jon Bilbao
Edita: Impedimenta
Páginas: 352
Precio: 22,70 €

Últimamente he aprendido que cuando crees que las cosas no pueden ir peor, definitivamente van a peor. Aunque peor todavía es cuando tú no te das cuenta de que lo que tienes ahora es mucho más malo de lo que tenías antes. Al fin y al cabo, si no sabes que estás metido hasta el cuello, no sientes la necesidad de salvarte, y entonces igual te acabas hundiendo más y más, y acabas ahogándote sin darte cuenta siquiera de que te estás ahogando. ¿Qué lo que digo no tiene sentido? Para ti igual no. Pero para todos los que ya hayan leído El unicornio, de Iris Murdoch, puede que un poco sí. Dejadme que os explique a continuación por qué:
Tras un revés amoroso, Marian Taylor, una joven inteligente con bastante formación, decide aceptar un trabajo como institutriz en el castillo de Gaze, situado en la costa inglesa. Una vez allí, la profesora descubre que el lugar donde se sitúa la casa, además de remoto, es prácticamente inhóspito, de ahí que en los alrededores solo se sitúe otro gran caserón, el de Riders. Esta no es la única sorpresa que se llevará la profesora, pues en el castillo no hay niños a los que enseñar. Su alumna ha de ser Hannah, la dueña del castillo, una mujer que genera una gran fascinación en todos los que la rodean. Poco a poco los secretos irán saliendo a la luz, las cosas se irán complicando y Marian entenderá, tal vez un poco tarde, que también ella ha quedado irremediablemente atrapada en las redes de Hannah, Gaze y la ardua costa inglesa.
Aunque El unicornio es una obra en la que abundan los personajes, hemos de entender a tres como los principales: Marian, la joven que llega para enseñar francés a unos niños inexistentes; Hannah, la dueña del lugar, encerrada de forma voluntaria para expiar una gran culpa, y Effingham, uno de los tantos enamorados de Hannah.
Es curioso que el narrador siempre se mantenga bien cerca de las figuras de Marian y Effingham, cuando en realidad todo gira entorno a Hannah. Hannah es el ídolo, el mito, la mujer convertida en diosa. El que se acerca a ella, acaba adorándola hasta el extremo. Y ella los adora a ellos. El problema es que todo alrededor de esta diosa mundana es demasiado complicado, incluso lo que parece sencillo de resolver.
Dicen los expertos El unicornio es una excepción dentro de la literatura de Iris Murdoch. Ignacio Echevarría afirma en el Prólogo de este volumen que entre los adictos a la autora hay tantos lectores que se olvidan pronto de esta obra como lectores hay que la adoran. Sin haber leído nada antes de Murdoch, sinceramente me cuesta pensar que alguien pudiera obviar una obra tan rara y completa, una novela con unas situaciones tan extraordinarias y con unos personajes tan terriblemente cambiantes. Difícil creer que una historia así puede dejar a alguien indiferente.
La cuestión es: ¿por qué leer El Unicornio? Se me ocurren muchos motivos:
1)               Porque es una novela gótica (con su lúgubre castillo, sus crímenes terribles, su mar embravecido, su costa terrible, etc) ambientada a mediados del siglo XX. La combinación de estos elementos, gótico – época, da como resultado algo realmente interesante.
2)               Porque evoca a los clásicos griegos (con sus grandes tragedias y sus grandes líos de personajes), a las grandes obras de Shakespeare y a todas las grandes historias dramáticas escritas anteriormente.
3)               Porque los personajes son tan complejos psicológicamente, que ni Freud los puede explicar. O dicho de otro modo: porque nunca vas a saber qué demonios están tramando hacer los actores de este drama.
4)               Porque esta obra te invita a reflexionar sobre lo que está bien y lo que no, sobre cómo deben actuar moralmente los demás ante un problema ajeno y cómo no.
5)               Porque podrás comprobar, mientras lees, qué hace sobre las personas la fascinación que sienten por otras.
6)               Porque las hadas existen, y viven en este libro.
7)               Porque estás harto de leer siempre lo mismo, y esto es, sin duda, totalmente diferente. Tan refrescante como las aguas de ese mar endemoniado en la costa cercana al castillo de Gaze.
Hay muchas más razones, pero yo lo dejo aquí. Si quieres saber cuáles son, definitivamente tendrás que hacerte con un ejemplar de El unicornio, aún a sabiendas que puede que tras su lectura quedes tú también atrapado en el castillo de Gaze. Pero, qué demonios, ¿lo comprobamos?
Cristina Monteoliva