viernes, 27 de noviembre de 2015

Reseña de POLI Y TIFÓN, de Ada Bell

Título: Poli y Tifón
Autora: Ada Bell
Ilustraciones: Ana López Caro
Publica: Toromítico
Páginas: 136
Precio: 13,95 €

No hace falta que lo confiese: los que me conocen bien saben perfectamente que soy toda una dormilona. Lo que la gente puede que no sepa que si me gusta tanto dormir es porque soy una persona que, cuando duerme, sueña mucho. La mayoría de mis sueños son tremendamente divertidos, por lo que desprenderme de ellos, me cuesta tanto. Creo que los sueños tienen algo de mágico, más aún después de leer Poli y Tifón, la mágica aventura escrita por Ada Bell.
Víctor, Diana y Oliver son tres hermanos españoles que viven en Inglaterra por cuestiones laborales de sus padres. Poli y Tifón son dos duendes sueñadores (repartidores de sueños) un tanto patosos. La aventura está asegurada cuando una noche los sueñadores se topan con los niños protagonistas de esta historia. A partir de entonces, todo podrá pasar en el mundo en el que se fabrican los sueños, lugar al que los duendes los llevan accidentalmente. La emoción y la diversión están aseguradas.
Poli y Tifón es un libro de aventuras mágicas de corte clásico, con su mundo de ensueño, sus reinas bondadosas, sus hadas y duendes, y sus pequeñas sorpresas y su final feliz. La historia, sin embargo, comienza desde un momento triste, pues Víctor y Diana, los hermanos mayores (Oliver es tan solo un bebé) echan de menos España. Sus padres se han tenido que mudar por motivos de trabajo a Inglaterra y los chicos no acaban de adaptarse al nuevo colegio y a los nuevos e incomprensibles compañeros de clase. Este punto de partida me ha dado mucho que pensar precisamente porque no es una ficción: repartidos por Europa tiene que haber montones de niños cuyos padres han tenido que irse a trabajar fuera, chiquillos que echarán de menos a sus primos, abuelos, etc, aquí en España. Ojalá todos ellos encuentren, como Víctor y Diana, la forma de sentirse a gusto en los países en los que están ahora.
Pero, ¿quiénes son Poli y Tifón? Como he dicho antes, Poli y Tifón son dos duendes sueñadores, o sea, dos duendes que reparten sueños por la noche. Poli es una rana muy lista y Tifón, el ratón comilón, se cree a pies juntillas todo lo que dice. Compañeros inseparables, tienen un sueño que se les hace un poco inalcanzable: conseguir una distinción por su trabajo. Digo que es difícil de conseguir para ellos porque son un verdadero desastre, ¡no dan ni una! Aunque, ¿y si al final hacen algo verdaderamente extraordinario?
Poli y Tifón vienen de un mundo lleno de magia, un país lleno de hadas, duendes, elfos y seres totalmente fantásticos, como las brugantes, los coquitos, las sirranas o los trolburones. Seres increíbles que, seguro, no dejan a ningún lector indiferente.
Como ya podréis imaginar, ya que antes he dicho que la estructura de esta historia sigue un esquema clásico, no todos son felices en este mundo. Hay un ser en concreto muy infeliz y muy malhumorado, el mismo que intentará por todos los medios cambiar las cosas para que los niños del mundo real sean tan desgraciados como él. ¿Hasta dónde llegarán sus terribles planos? ¡Tendréis que leer el libro para averiguarlo!
La lectura se completa con el marcapáginas mágico, un divertido invento que incluye este libro. El marcapáginas contiene el final de dos capítulos del libro. Los niños (o no tan niños) tendrán que localizarlos. Si quieren ganar dos muñecos de Poli y Tifón, deberán entrar en www.facebook.com/poliytifon e indicar el número de las páginas incompletas.
El libro se complementa, además (y sobre todo), con las magníficas ilustraciones en blanco y negro de Ana López Caro, unas imágenes que le vienen como anillo al dedo a esta mágica aventura. Imposible imaginar este libro sin estas ilustraciones.
Poli y Tifón, diré finalmente, es una historia que fomenta valores como la amistad, la unión entre hermanos, la solidaridad, el optimismo ante las situaciones adversas y el valor, a la vez que nos hace soñar con un mundo fantástico lleno de seres increíble, risas y magia, mucha magia. Una lectura ideal para niños a partir de 7 años (y no tan niños) y un libro muy a tener en cuenta de cara a las próximas fiestas navideñas. ¡Que comience la aventura!
Cristina Monteoliva