domingo, 14 de diciembre de 2014

Reseña de EL DEVORADOR DE CALABAZAS, de Penelope Mortimer

Título: El devorador de calabazas
Autora: Penelope Mortimer
Traducción: Magdalena Palmer
Edita: Impedimenta
Páginas: 240
Precio: 19,95 €

¿Existe realmente el “felices para siempre” de los cuentos de hadas y las películas comerciales? ¿Cuánta gente habrá en el mundo que se case esperando esa felicidad perpetua en su matrimonio? Mucha, imagino. ¿Y qué pasa cuando las cosas no van bien? ¿Se separan? ¿Siguen juntos? ¿Buscan sucedáneos de la felicidad? Pero, bueno, ¿por qué no dejo ya de hacer tantas preguntas retóricas y os hablo ya de El devorador de calabazas, la novela de Penelope Mortimer?
Todo comienza con una mujer que va al psiquiatra. Estamos a mediados del siglo XX y la mujer está casada con un guionista de cine inglés. El guionista (un tipo que gana mucho dinero, por cierto) no es su primer marido. De hecho, ni siquiera es el segundo, sino el cuarto. De todos sus maridos ha ido teniendo nuestra buena señora una buena cantidad de hijos. Tantos, que nadie cree que deba de tener más. De hecho, este es el motivo por el que visita al psiquiatra, profesional que intenta, por todos los medios que dispone, convencerla de que quedarse embarazada de nuevo no es lo que necesita. ¿Estará nuestra buena señora dispuesta a escuchar al médico? ¿Qué pasaría si tuviera un nuevo vástago? ¿Y por qué es en realidad tan importante para ella tener más hijos, cuando apenas le hace caso a todos los que tiene ya?
Como decía al principio de esta novela, hay mucha gente en el mundo que se casa esperando que las cosas vayan siempre bien, como si la felicidad pudiera ser un continuo en este mundo tan cambiante y entre personas que puede, a veces, evolucionar en sentidos opuestos. Este es claramente el caso de la señora Armitage, la narradora y protagonista absoluta de El devorador de calabazas, una comedia negra con mucho más drama del que pudiéramos en principio esperar.
La señora Armitage va al psiquiatra porque quiere tener un nuevo hijo. El psiquiatra intenta convencerla de que eso no solucionará sus problemas. Como es de esperar, la señora Armitage no se deja convencer tan fácilmente. Lleva toda la vida teniendo hijos, ¡eso se le da muy bien! Solo cuando está embarazada y da a luz se siente útil en el mundo, así que, ¿por qué debería de dejar de hacerlo?
La cosa es tan sencilla como complicada. La señora Armitage ha tenido cuatro maridos, pero, sin duda, al que más ha amado es al cuarto, a Jake. Su matrimonio con el guionista empezó la mar de bien. Luego, ambos se fueron distanciando. Jake empezó a trabajar mucho y a mentir más sobre las relaciones que mantenía con sus compañeras de trabajo. ¿Y qué hacía mientras la señora Armitage? Tener hijos para llamar la atención. Para sentirse útil. Para realizarse en la vida.
El devorador de calabazas es una logradísima novela escrita con un estilo cercano donde destacan los esclarecedores diálogos, las personalidades ricas en matices de sus personajes y las selectas descripciones del pasado y el presente de la señora Artimage. He dicho antes que se trata esta de una comedia negra con más drama del que podría esperarse en un principio. Ahora quisiera insistir en ello. Y digo más: la autora, Penelope Mortimer, se sirve de todo ese refinado humor tan inglés para contarnos en realidad el drama de una mujer que intenta salvar su matrimonio teniendo otro hijo. Una mujer que con el tiempo ha ido convirtiéndose en un precioso florero en su preciosa casa. Una mujer que ya ni sabe lo que de verdad quiere. Una mujer que podría ser tantas muchas.
La lectura de El lector de calabazas proporciona al lector una experiencia única. Si pudiera compararse con algo, yo diría que es como montarse en una montaña rusa emocional en la que vas a ciegas. Nunca sabes cuándo te va a tocar reír, cuándo llorar, cuándo inquietarte con las contradicciones con las que vive la señora Armitage. La lectura se acaba con un sabor agridulce y con la sensación de haber leído algo totalmente auténtico y contemporáneo, a pesar de haber sido escrito hace más de medio siglo. Y con incógnitas por resolver, casi tantas como hijos tiene la señora Armitage.
Creo que pronto volveré a leer este libro para seguir pensando en todo lo que Penelope Mortimer nos quería decir con esta historia. Y tú, ¿a qué esperas para leerlo por primera vez?
Cristina Monteoliva